¿Qué son los paneles solares?
Los paneles solares o celdas fotovoltaicas son las encargadas de convertir la luz solar en energía. Cuando estas celdas son expuestas al sol, absorben los rayos solares pasando por un proceso de transformación a energía eléctrica.
¿Cómo están compuestos los paneles solares y qué función tienen?
Cada una de estas celdas están cargadas con electrones positivos y negativos. En cuanto los paneles se ven expuestos a la luz del sol (fotones), se completa la carga faltante entre la carga negativa y positiva produciendo una corriente eléctrica (DC).
La energía de corriente directa (DC), no puede ser suministrada por sí sola, por lo que pasa por otro proceso. El inversor, es un sistema que convierte la energía que entregan los paneles solares (DC) en energía útil o en corriente alterna (AC), logrando que el voltaje sea apto para diferentes usos.
Finalmente, la energía generada es cuantificada a partir de un medidor bidireccional en donde se registra la energía consumida por la casa, comercio o industria y la producida por el sistema fotovoltaico (SF).
En México se considera como generación distribuida a la energía producida cerca del lugar de consumo conectada directamente a las redes de distribución de CFE. Esta modalidad permite al usuario compensar la energía consumida a CFE con la energía producida a partir de los paneles solares. Cuando un sistema fotovoltaico produce más energía de la que se consume, se generan kWh excedentes. Esta energía será contabilizada a través del medidor bidireccional de CFE y será descontada de los recibos de luz posteriores.
México se ha posicionado como uno de los principales países para producir energía a partir de fuentes renovables, derivado principalmente de las buenas condiciones de irradiación solar. De acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la capacidad instalada a nivel generación distribuida en el país supera los 1.5 GW, 99.4% proviene de sistemas fotovoltaicos con un total de 211 mil 098 contratos de interconexión realizados.
Entre los beneficios que se obtienen a partir del uso de la generación distribuida está la reducción de costos de energía, mitigación de emisiones contaminantes, mejora en la calidad y confiabilidad de la energía, entre otros.
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